Por
Ing. Juvenal Brenes
Marzo 08, 2025
Santo Domingo, Distrito Nacional
El Día Internacional de la Mujer debería ser una ocasión para recordar y honrar a las grandes dominicanas que han contribuido a la historia nacional con su valentía y sacrificio. Salomé Ureña, quien forjó la educación dominicana; Concepción Bona, que diseñó y cosió la primera bandera de la patria; y María Trinidad Sánchez, heroína que entregó su vida por la independencia, representan el verdadero espíritu de lucha de la mujer dominicana. Sin embargo, la conmemoración de este 8 de marzo en el Parque Independencia no fue un homenaje a la mujer dominicana, sino otro intento de imponer la agenda de la fusión con Haití, disfrazado de "justicia social".
Maribel Núñez y su grupo de “afro-activistas” utilizaron la fecha para infiltrar su narrativa racial, que busca desarraigar la dominicanidad de su esencia hispana y cristiana, para sustituirla por una "afro-dominicanidad" fabricada, cuyo único fin es debilitar el sentimiento nacionalista e imponer la idea de que la única solución a los problemas del país es la integración con Haití. Lo ocurrido en el Parque Independencia no fue casualidad ni un acto de “inclusión cultural”, sino una provocación calculada. Cantaron en creole frente al Altar de la Patria, un sitio sagrado que representa el sacrificio de quienes lucharon por nuestra soberanía. No es coincidencia que este grupo insista en desacralizar nuestros símbolos patrios y convertir cada evento en una plataforma para empujar su agenda de fusión.
Afortunadamente, las autoridades actuaron a tiempo, deteniendo este irrespeto y reafirmando que la dominicanidad no está en venta. Pero como siempre, estos grupos recurrieron a su estrategia habitual: la victimización. Alegaron ser perseguidos, hablaron de "racismo estructural" y manipularon la narrativa para hacerse pasar por mártires de una supuesta opresión, cuando en realidad ellos son los que buscan adoctrinar a la sociedad dominicana, tergiversar la historia y debilitar el concepto de nación. No es la primera vez que utilizan fechas simbólicas para este fin. Han infiltrado el movimiento feminista, han intentado distorsionar la enseñanza de la historia en las escuelas y han promovido la idea de que la República Dominicana no tiene una identidad propia, sino que debe redefinirse bajo un supuesto “pan-africanismo” que no es más que una herramienta política.
Lo que pocos se preguntan es quién está detrás de todo esto. No es posible que estas organizaciones operen con tanta fuerza sin apoyo externo. Es evidente que hay financiamiento extranjero impulsando estas campañas, con ONGs y organismos internacionales que promueven la disolución de los Estados-nación y la imposición de una agenda globalista. La pregunta que las autoridades deben responder es clara: ¿Quién financia a estos grupos? ¿Quién les provee recursos, estructura y respaldo mediático?. Si no se investiga a fondo, estos movimientos seguirán avanzando, infiltrándose en nuestras instituciones y debilitando la soberanía dominicana desde dentro.
Este episodio en el Parque Independencia es una advertencia. Hoy intentaron profanar un símbolo nacional, mañana intentarán reescribir la historia en nuestras escuelas, infiltrar sus ideas en las políticas públicas y manipular a las nuevas generaciones para que rechacen su identidad nacional. Si no ponemos un alto ahora, pronto será demasiado tarde. El Estado debe actuar con firmeza, pero también el pueblo dominicano debe despertar y reconocer la amenaza que tenemos frente a nosotros. No podemos permitir que destruyan lo que nuestros héroes nos legaron con su sangre. República Dominicana es una nación libre, hispana y soberana, y así debe permanecer.