Por
Ing. Juvenal Brenes Bobea
Santo Domingo, Distrito Nacional
EL ULTIMO DOMINICANO
El color de la sangre
se mezcla con la tierra
y forma una pintura
que refleja el valor
de aquellos que dieron su vida
por la patria.
El cielo azul está lleno
de orgullo y esperanza,
porque saben que sus sacrificios
no serán en vano.
En este desierto rojo,
que es testigo de la historia,
se encuentran los héroes
que lucharon por la libertad.
Sus vestimentas están manchadas
con la sangre de sus enemigos,
pero no se rindieron,
porque sabían que su causa era justa.
Ahora, en este lugar,
solo quedan sus recuerdos,
pero su espíritu sigue vivo,
porque su amor por la patria
es eterno.
Juvenal Brenes