Por
Ing. Juvenal Brenes Bobea
Santo Domingo, Distrito Nacional
La progresiva haitianización de los más pobres en República Dominicana es una tendencia preocupante que representa un retroceso de décadas en los avances logrados en materia de educación, salud, oportunidades y civismo en nuestro país. Esta influencia creciente de la cultura haitiana está afectando la identidad nacional y debilitando la cohesión social de nuestra sociedad.
Es necesario tomar medidas concretas para enfrentar la inmigración ilegal haitiana y detener la progresiva haitianización de nuestro país. La inmigración ilegal representa una amenaza para la seguridad y el bienestar de nuestra nación, y no podemos permitir que continúe sin control.
Debemos reconocer que la inmigración ilegal haitiana no solo es un problema para República Dominicana, sino que también afecta a Haití. La falta de oportunidades económicas y sociales en Haití ha llevado a muchos de sus ciudadanos a emigrar a la República Dominicana en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Sin embargo, esta emigración solo perpetúa el ciclo de pobreza y subdesarrollo en Haití y debe ser abordada de manera integral y cooperativa.
Es urgente que tomemos medidas ahora para abordar la inmigración ilegal haitiana y prevenir un desenlace no deseado en el futuro. Si postergamos esta cuestión, solo nos estamos complicando aún más la situación y nos arriesgamos a enfrentar problemas mayores en el futuro. Debemos trabajar juntos como sociedad para enfrentar este desafío y asegurarnos de que nuestra nación siga avanzando hacia un futuro próspero y sostenible.
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